LITERATURA COMO PAN
LITERATURA COMO PAN

La Heroicidad en Don Quijote de la Mancha

mills, consuegra, don quixote-2528604.jpg

Según Savater (1981), “héroe es quien logra ejemplificar con su acción la virtud como fuerza y excelencia” (p. 111). Estas connotaciones históricas y arquetipales que ejemplifican la virtud y hacen magnánimo a estos héroes que son llamado a la aventura y a la heroicidad y que venían apareciendo en la literatura antes de la Obra de Cervantes serán sólo la referencia de una literatura que ya no satisface. En Don Quijote de la Mancha encontramos a un personaje fracturado que connota demencia y locura y se aleja de forma abismal de lo que podríamos llamar héroe. Es a partir de la obra de Cervantes que se habla de la novela moderna. Lukacs citado en El Ente de Papel de Carmen Bustillo, señala que:  La configuración del héroe épico estaba determinado por una coherencia esencia-existencia, según la cual no existían fisuras entre el mundo interior y el exterior del personaje: mundo cerrado con conciencia de totalidad/circunferencia, equilibrio sin dualidades mundo-hombre. En el ámbito contemporáneo, por el contrario, presenta una total escisión entre esencia y existencia, generando por tanto un héroe problematizado en búsqueda incesante de la totalidad perdida. 

Esta ruptura se percibe en Don Quijote, pues sus circunstancias no estaban determinadas, el héroe épico lo era por su linaje, porque estaba llamado a ser héroe.  Alonso Quijano decide por su propia voluntad ir a enderezar los entuertos del mundo, sólo con su convicción que pudiese verse como locura, le permitía creer que él era un caballero andante. También nos dice Lukacs: Cuando el individuo no es problemático, sus fines le son dados con una evidencia inmediata y el mundo en que estos fines han construido el edificio puede oponerles dificultades y obstáculos en la vía de su realización, pero sin jamás amenazarlo con un  serio peligro interior. El peligro no aparece sino a partir del momento en que el mundo exterior ha perdido contacto con las ideas, cuando éstas devienen en el hombre hechos psíquicos y subjetivos ideales.  Encontramos en Don Quijote de La Mancha, la antítesis del héroe épico y la parodia de los héroes de caballería, ya que el personaje está construido con un perfil demente que le permite a Cervantes parodiar el mundo caballeresco que hasta entonces había dominado a la literatura y así darle paso a la novela moderna. Alonso Quijano como héroe problematizado, escuchó su fuero interno y asistió a su propio llamado, al de sus propias inquietudes y atrapado por su locura producto de la soledad, soledad que le permitió sumergirse en una lectura demencial, un día decide armarse caballero e ir a enderezar entuertos y aunque sigue los patrones de los caballeros que conoció en sus lecturas, esto no lo convierte más que en un esquizofrénico;  sin embargo, es su locura lo que le permite romper con las barreras que lo condenaban a un mundo al que él no pertenecía, con el que no se sentía satisfecho, un mundo que el deseaba cambiar, comenzando con el propio. La demencia, la locura, se convierte en la puerta a su libertad y le ayuda a sacar de sí mismo lo que siempre fue de corazón: un caballero. Es aquí donde radica su heroicidad, el vencerse a sí mismo y ser lo que se es, dejar de pertenecer, para ser, dejar de formar parte de un colectivo, que va de un lado a otro como rebaño, sin aventura, sin ningún fin, sin advertir las injusticias. Alonso Quijano, Quijada o Quezada, decide cambiar sus estrellas, su mundo y convertirse en lo que siempre sintió que era; quizás su locura sólo sea una excusa para ser delante de todos lo que de verdad es. Claro que todo lo que no entra en el imaginario de la sociedad en determinados tiempo es digno de locos; sin embargo, la aventura de don Quijote es un acto de heroísmo y aunque no cambió el mundo de ficción a donde pertenece si cambio el mundo empírico, pues después de él,  el mundo de la literatura ha sido distinto, esto en cierto modo le da heroicidad. El personaje deja de formar parte de un rutinario mundo al que él pertenecía como Alonso Quijano y se encamina al mundo de la aventura en donde se convierte en lo que es. Don Quijote, un caballero errante, encuentra a su mejor amigo y a sus peores enemigos y lucha por mejorar el mundo aunque siempre salga con las tablas en la cabeza. Con cincuenta años, con un caballo no muy hábil, con el poder que le daba su amor por Dulcinea y con su espíritu heroico, nuestro personaje, libraba batalla contra todo aquello que amenazaba el bienestar de su mundo y sin temor a la muerte como lo grandes héroes. Se adentraba en un mundo donde no era posible salir ileso, siendo esto una situación para demostrar su heroicidad. No hay peor muerte que estar como muerto en vida, y era más o menos como vivía Don Quijote, cuando era Alonso Quijano. Existe una evolución literaria en la obra de Cervantes pues la catarsis psicológica y la construcción, no sólo de Alonso Quijano, sino también de su alter ego “Don Quijote de La Mancha, así como los demás personajes, es una de las características de la obra que la convierte en una obra maestra. Rompiendo con las estructuras medievales que venían quebrantándose en otros territorios como el italiano y que en España aún no se resquebrajaba; sin embargo, la transformación de una literatura épica tradicional en una literatura moderna, sólo se concibió con la llegada del Quijote; de aquí en adelante la novela moderna trasciende y se enriquece con recursos literarios como la ironía, el humor en la conformación de protagonistas que ocupan el mayor peso de la obra así como en la obra épica y en las novelas de caballería la ocupó el héroe. Está claro que Don Quijote no se concibe como héroe partiendo del arquetipo, debido a que no cumple con las características básicas e indispensables para serlo.  Nos dice Savater en su trabajo, Tarea y Esplendor Del héroe, “Es héroe quien quiere y puede” (p. 11); pues bien, Don Quijote quería, pero no podía ser héroe ya que no le estaban dadas las condiciones necesarias, ni la salvaguarda interior, ni ningún linaje que lo hiciera inmortal o merecedor de la nobleza ligada a la divinidad. Sólo era un hidalgo vulgar y silvestre; no obstante algo lo hacía diferente y lo llevó a rumbos distintos, su amor por la lectura, idilio que originó su desenlace demencial y el deseo de ser un caballero y luchar por los que no pueden defenderse. Pues bien, entregándose al peligro que guarda el reino de la aventura, busca la redención como héroe y aunque su intención es noble y hasta un punto valerosa no encuentra más que ser la burla de todos. En la obra épica, el héroe siente en su interior, que nada lo daña y quizá esto lo llevaba a enfrentar valerosos combates. Don Quijote de La Mancha también sentía en su interior la grandeza, sólo que en el héroe funcionaba, en Don Quijote por el contrario no servía de nada pues no salía aireado; pero hay que tener en cuenta que el verdadero combate de este personaje no se libraba en el campo de batalla, sino que se fraguaba en su interior, es por ello que no era un campeador, un héroe de gesta, sino más bien un héroe problematizado, un protagonista, un sobreviviente. No obstante su aventura, su locura, su demencia, su deseo, no es en vano pues logra trascender. Don Quijote será siempre en otro contexto un héroe para la literatura aunque su concepción sea la antítesis de lo que en el pasado fue héroe, tanto en apariencia, como en gesta; pero es la representación del común que se convirtió en particular, del hombre vulgar y silvestre que se convirtió en noble, el personaje que se convirtió en héroe. De esta manera rompe los esquemas, lo establecido y lo logra venciéndose a sí mismo, venciendo los monstruos que nos dominan y nos condenan a una vida sin vida como la de Alonso Quijano, para florecer el otro yo al que se olvida, al que no dejamos ser, al que nos dará la trascendencia, la libertad y una vida vivida y que sólo lograremos si nos atrevemos como Alonso Quijano a convertirnos en lo que realmente somos, aunque para esto haya que tener un poco de locura o hacerse pasar por locos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *